Nos proponemos mostrar la incidencia de la tecnología en la vida a partir de textos literarios, artículos periodísticos, programas televisivos y películas. Presentamos las distintas miradas (apocalípticas, positivas, pragmáticas) sobre el futuro de la sociedad. Una sociedad que es parte de un sistema capitalista que se vale de las tecnologías de la comunicación para adaptar a los sujetos a su lógica y poder dominarlos pero que también puede ser una herramienta de acceso al conocimiento y de participación. También hacemos reflexiones y propuestas sobre los usos en la educación literaria de las nuevas generaciones.


21 junio 2010

Sobre Fahrenheit 451



“(…)No es una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la represión de las minorías produjo el fenómeno, a Dios gracias. En la actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser feliz continuamente, se le permite leer historietas ilustradas o periódicos profesionales.” (…)

“Hemos de ser todos iguales. (…) Entonces, todos son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho?( …)

“- Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren o se exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué queremos en esta nación por encima de todo? La gente quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? ”Quiero ser feliz”, dice la gente. Bueno, ¿no lo son?”

“- A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A quemarlo. ¿Alguien escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón? ¿Los fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. (…) ¿Los funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos también. Cinco minutos después de la muerte de una persona, está en camino hacia la Gran Chimenea.(…) Diez minutos después de la muerte, un hombre es una nube de polvo negro. No sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio.”

Parte de este discurso utiliza Beatty, capitán de la brigada de bomberos para la cual trabaja Montag, y con el que quiere convercerlo de que los libros no son necesarios porque pueden traer infelicidad y pueden hacer pensar a la gente.

Fahrenheit 451 es un libro de Ray Bradbury publicado en 1953, que nos presenta la historia de un bombero, Montag, cuyo trabajo tiene la particularidad de quemar libros en una sociedad totalitaria del futuro en la que se pretende que la gente no lea.

El protagonista de la novela, vive en esta sociedad con su esposa, a quien cree conocer, pero con la que no puede mantener ningún tipo de diálogo importante, debido a que ella está pendiente sólo de lo que proyectan los tres televisores murales que poseen en la sala de su casa y con quiénes puede interactuar virtualmente de cuestiones frívolas y sin sentido.

Este bombero, cree ser feliz como todos, nunca se cuestiona nada, hasta que aparece en su vida Clarisse, una vecina un tanto peculiar para este futuro, que le hace ver y preguntarse a Montag por el sentido de su tarea y cotidianeidad y le muestra cómo es esta sociedad en la que viven:

“Pero, por encima de todo – prosiguió diciendo Clarisse - me gusta observar a la gente. A veces me paso el día entero en el “Metro”, y los contemplo y los escucho. Sólo deseo saber qué son, qué desean y adónde van. A veces, incluso voy a los parques de atracciones y monto en los coches cohetes cuando recorren los arrabales de la ciudad a medianoche y la Policía no se mete con ellos con tal de que estén asegurados. Con tal de que todos tengan un seguro de diez mil, todos contentos. A veces, me deslizo a hurtadillas y escucho en el “Metro”. O en las cafeterías. Y, ¿sabe qué?

- ¿Qué?

- La gente no habla de nada.

- ¡Oh, de algo hablarán!

- No, de nada. Citan una serie de automóviles, de ropa o de piscinas y dicen que es estupendo. Pero todos dicen lo mismo y nadie tiene una idea original. Y en los cafés, las mayorías de las veces funcionan unas máquinas de chistes, siempre los mismos, o la pared musical encendida y todas las combinaciones coloreadas, suben y bajan, pero sólo se trata de colores y de dibujo abstracto. Y en los museos… ¿ha estado en ellos? Todo es abstracto. Es lo único que hay ahora.” (…).

En la novela además se plantea que todo aquello que pueda perturbarnos o hacernos sentir incómodos, debe ser eliminado y que para esto tienen suficiente entretenimiento:

“¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos, ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita en abundancia.” (…) Le dice el capitán Beatty a Montag.

Junto con el placer de la lectura de esta excelente novela de Bradbury, el autor nos propone reflexionar acerca del impacto de los medios y las nuevas tecnologías en nuestro mundo actual, mostrándonos una sociedad en la que la lógica imperante es la sociedad del espectáculo, la sociedad del entretenimiento, y que esto es justamente su instrumento de unificación. Pero que a la vez, y con todo lo complejo que ello puede resultar, existe la posibilidad de “concebir a los seres humanos como seres activos, que persiguen fines, modelan su vida y la de otros, sienten, reflexionan, crean en constante interacción e intercomunicación con otros seres humanos” (Berlin Isaiah en Silverstone Roger ¿Por qué estudiar los medios de comunicación?)

Bibliografía

Bradbury Ray. Fahrenheit 451. 5º edición. – Buenos Aires: Debolsillo 2007. (Contemporánea)

Debord, Guy. La sociedad del espectáculo. Champ Libre. París, 1967

Silverstone, Roger. ¿Por qué estudiar los medios? Amorrortu. Bs.As. 2001