Nos proponemos mostrar la incidencia de la tecnología en la vida a partir de textos literarios, artículos periodísticos, programas televisivos y películas. Presentamos las distintas miradas (apocalípticas, positivas, pragmáticas) sobre el futuro de la sociedad. Una sociedad que es parte de un sistema capitalista que se vale de las tecnologías de la comunicación para adaptar a los sujetos a su lógica y poder dominarlos pero que también puede ser una herramienta de acceso al conocimiento y de participación. También hacemos reflexiones y propuestas sobre los usos en la educación literaria de las nuevas generaciones.


03 diciembre 2010

16 octubre 2010

Isaac Asimov y el modelo 1 a 1

05 septiembre 2010

¿Y ahora , qué hacemos con el Martín Fierro?

Hace unos días, en una reunión de docentes, alguien se preguntó qué hacer con el Martín Fierro en las escuelas "ahora que las netbooks han irrumpido en las aulas". Voy a tratar de responder esa pregunta.
Por un lado no creo que las netbooks estén irrumpiendo en las aulas sino que estoy convencida que en las aulas está entrando una herramienta de trabajo que permitirá democratizar el conocimiento en el sentido más amplio. Es decir, ahora podremos ver la imagen que necesitamos, tener ese documento o el video que mejor ilustra lo que explicamos y nuestros jóvenes podrán mostrarnos y compartir sus conocimientos de múltiples maneras y ya no solo en forma oral o escrita.
Por otro lado considero que el Martín Fierro debe seguir estando en las aulas, ya sea en formato impreso o digital, leído por los alumnos en voz alta o por los docentes; aunque también podría ser que lo escuchemos recitado por Jorge Cafrune aprovechando que lo podemos bajar de You tube en un segundo; aunque también podría ser que miremos un fragmento de algunas de sus versiones cinematográficas; sin dejar de lado la posibilidad de ver el capítulo que José Pablo Feinmann le dedica en su curso de Filosofía donde explica magistralmente el pensamiento de José Hernández; además se me ocurre que lo podríamos cambiar de contexto y ver fragmentos de Los hijos de Fierro, la película que hizo Pino Solanas cuando era popular; o vincularlo con Juan Moreira o escuchar las canciones que folcloristas, rockeros y cumbieros le han dedicado mientras vemos las pinturas de Molina Campos.
Pero más interesante será proponerles, en lugar de la tradicional y conservadora prueba escrita sobre el libro leído, que hagan un video o un power point sobre alguno de los aspectos analizados o sobre uno de los episodios; después podría todo eso publicarse en un blog como este.
En fin, ¿qué hacemos con Martín Fierro, ahora? Tantas cosas podremos hacer que difícilmente alguno permanezca indiferente o excluido. Porque de eso se trata, Martín Fierro es la forma que encontró José Hernández para defender y reivindicar los derechos de sus gauchos, los excluídos de ayer. Las netbooks y la asignación universal son las formas que hoy permiten igualar en derechos, igualar en oportunidades, incluir a los excluidos de hoy. No es suficiente, hay muchas otras cuestiones, pero es un paso adelante para que todos los jóvenes puedan acceder a la información, al conocimiento, a eso a lo que los docentes accedemos y acceden nuestros hijos y todos los que pueden pagarlo. Ahora la tecnología, el conocimiento, la información, estará al alcance de todos en la escuela. Tal vez eso sea lo que muchos temen. O quizás todavía haya quienes piensen en términos de "civilización y barbarie" y consideren imprudente darle a los "bárbaros" algo que no van a valorar. Esos son los mismos que siguen pidiendo "la penitenciaria" para "los vagos y malentretenidos". Aunque se emocionen con los versos de Hernández, encarnan la línea de pensamiento opuesta.
Mas naides se crea ofendido,
pues a niguno incomodo;
y si canto de este modo
por encontrarlo oportuno,
no es para mal de ninguno
sino para bien de todos.


14 agosto 2010

La tecnología abre puertas

Las tecnologías de la comunicación abren la puerta al mundo virtual pero también al mundo real. Incluye y permite acceder al conocimiento y al trabajo. Mejora las relaciones interpersonales y posibilita acciones colectivas. Abre los ojos y la mente. El buen uso, el mal uso e incluso el abuso son preferibles a la falta de acceso a la herramienta más importante del siglo XXI.

02 julio 2010

¿Llegará la humanidad a odiar lo que ahora ama?

“Era tan agradable al principio. La sola idea de esas cosas, tan prácticas, era maravillosa. Eran casi juguetes con los que uno podía divertirse. Pero la gente fue demasiado lejos, y se encontró envuelta en una red de la que no podía salir, ni siquiera advertía que estaba dentro. Así que dieron a sus nervios otro nombre «La vida moderna», dijeron. «Tensión», dijeron.”
Albert Brock, el protagonista del cuento “El Asesino” del escritor Ray Bradbury, le cuenta a su psiquiatra los motivos por los cuales está prisionero. Enloqueció debido al exceso de tecnología que pretende facilitar la comunicación y mantener a todo el mundo entretenido todo el tiempo, pero lo que en algún momento le pudo parecer maravilloso terminó resultándole insoportable, por lo cual termina convirtiéndose en el “asesino” de toda aquella tecnología que se cruza por su camino. Luego de destruir uno a uno todos los aparatos electrónicos del trabajo, del auto y de su casa, termina por romper al elemento tecnológico que ocupa un espacio central:
“Luego fui y maté el televisor, esa bestia insidiosa, esa Medusa, que petrifica a un billón de personas todas las noches con una fija mirada, esa sirena que llama y canta y promete tanto, y da, al fin y al cabo, tan poco, y yo mismo siempre volviendo a él, volviendo y esperando, hasta que... ¡pum! Como un pavo sin cabeza, mi mujer salió chillando a la calle. Vino la policía. ¡Y aquí estoy!”
Así imagina Ray Bradbury cómo afectará la desmedida presencia de los elementos tecnológicos y el uso indiscriminado de los mismos a nuestra sociedad. El protagonista de este cuento enloquece cuando toma conciencia de que la tecnología lo ha invadido, no existe el silencio, y el ruido permanente anula la posibilidad de pensar.
Silverstone habla de la llamada “era de la información”, mientras que impulsa a muchos a formar parte de ella, también “deja a otros jadeantes y sin alientos como ebrios en la acera”[1]. Él explica que las tecnologías mediáticas son consideradas mágicas porque provocan una especie de “encantamiento” ya que nos relacionamos con ellas como si fueran algo sagrado y que esta relación está más mediada por la ansiedad que por la alegría. Nos provocan una dependencia total al punto de sentirnos desesperados por su ausencia: “¡Me muero si no tengo celular!”
Se considera que la tecnología surge como una necesidad social. Si bien trae solución a muchos problemas en la comunicación como acortar distancias, facilitar el trabajo y la vida doméstica, agilizar los tiempos en relación al trabajo y por lo tanto tener más tiempo para el ocio pero, por otra parte también las tecnologías pueden ser utilizadas como elementos de dominación que terminan alienando al hombre y quitándole su libertad. El uso excesivo y no racionalizado es el que puede llevar a lo que nos muestra Bradbury en su literatura, como la ausencia total de comunicación, la alienación por la exposición permanente a la imagen y el sonido, y en definitiva aquello que parecería que nos va a solucionar todos nuestros problemas y nos va a hacer felices para siempre termina produciendo la infelicidad.
A modo de conclusión y de propuesta podemos decir que un buen uso de la tecnología en la educación podría ser, la implementación de la realización de blogs de diferentes temáticas que permitan a los jóvenes utilizar un medio con el cual están familiarizados, para resignificar los conocimientos escolares que les puedan aportar un fin práctico y lo vinculen con su cotidianeidad. Es decir que puedan propiciar un aprendizaje significativo y de esta manera acercarlos al goce literario y relacionarlos con otros lenguajes tecnológicos.

[1] Silverstone, Roger. ¿Por qué estudiar los medios?

30 junio 2010

29 junio 2010

Bon Appetit




La comedia Julie & Julia de la directora Nora Ephron, refleja la historia de dos mujeres separadas por un lapso de unos cincuenta años, pero a las que las une el amor a la cocina en un momento de sus vidas en que se encuentran indefinidas, indecisas e inconclusas con respecto a sus personas y sus quehaceres.
La película está basada en el libro de Julie Powell, que a su vez es una adaptación que esta autora hace sobre la creación del blog The Julie/Julia Project. En este proyecto Julie Powell se propone realizar 524 recetas durante 365 días del famoso libro de cocina
"Mastering the Art of French Cooking", de Julia Child, publicado en los años 60´.
El film hace un paralelismo sobre la vida de estas dos personas: Julia Child, en París hacia finales de la década del 40´ y Julie Powell en Nueva York en la época post sucesos del 11-S y nos muestra que quizás algunas cuestiones humanas no hayan cambiado tanto a pesar del tiempo transcurrido.
Por otro lado es interesante analizar el uso que la protagonista en Nueva York hace de las nuevas estrategias comunicacionales (blog, en este caso) para responder a las nuevas demandas socioculturales, que hasta el momento de su creación la mantenían al margen de sus aspiraciones como escritora y que le permiten abrir el campo de las posibilidades desarrollando formas innovadoras de ser y estar en el mundo.
Es evidente que el nacimiento de las nuevas prácticas, inscriptas en el ámbito de la comunicación mediada por computadora nos muestran la generación de nuevos vínculos y que, para esta generación de jóvenes más que para ninguna otra, los medios de comunicación son soportes de su sociabilidad, ya que tanto ellos como las nuevas tecnologías se constituyen como referentes importantes a la hora de conceptualizar el mundo. Por lo tanto es urgente que la escuela hoy posibilite el acceso no sólo a la cultura escrita, sino también a los múltiples discursos que hoy conforman el mundo de de la informática y el audiovisual y que sea de esta manera el punto de encuentro entre la cultura oral, escrita, audiovisual e hipertextual en forma eficiente.
El film nos muestra una sociedad del primer mundo, en la que de cualquier manera y a pesar de tener la formación suficiente no es tan sencillo transitar sin dificultades. Sería interesante mirarlo desde una perspectiva que nos habilite a pensar cómo las nuevas estrategias comunicacionales nos podrían ayudar en el ejercicio de nuestras tareas cotidianas.

Bibliografía

Morduchowicz, Roxana (coord.) Los jóvenes y las pantallas: Nuevas formas de sociabilidad. Gedisa, Barcelona, 2008.
Sibila, Paula. La intimidad como espectáculo. El show del yo. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2008.



27 junio 2010

Los Simpsons y la literatura


Los Simpson es una serie animada de televisión. De origen estadounidense y temática adulta, Los Simpson fueron creados por Matt Groening, y narra la vida y el día a día de una familia de clase media estadounidense que vive en un pueblo ficticio llamado Springfield. En palabras de Groening, la serie es una sátira y crítica hacia la sociedad estadounidense. Si bien es una comedia para adultos esconde muchos detalles culturales en algunos de sus episodios, ya sean cuadros, esculturas, películas, canciones, cuentos o novelas.
Por ejemplo, en cuanto a la PINTURA, en un especial de Halloween, Bart presenta la serie con numerosos cuadros colgados y en ellos están dibujados retratos de algunos de los miembros de su familia. Estos cuadros están basados en cuadros de verdad: Maggie derretida sujetada por palos (el cuadro verdadero es El sueño dibujado por Dalí); Lisa aparece en una versión caricaturesca del cuadro El grito de Munich; en otro capítulo en el que hay un apagón masivo en la ciudad y el caos se apodera de todo, podemos ver a Otto con el Guernica de Picasso; en el capítulo Tomy y Daly y Marge, aparece el David de Miguel Ángel (además en este capítulo se puede oír una sinfonía de Beethoven); cuando a Homero lo consideran un artista de vanguardia, va a un museo con Marge, empieza a soñar y ve numerosos cuadros, entre los que están La persistencia de la memoria de Dalí, El Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci y también se hace referencia a Picasso.
En la MÚSICA cuando Bart sabotea un test de inteligencia y piensan que es superdotado, la familia Simpson va a la ópera a ver la representación de Carmen, de Bizet.
En lo que respecta a la LITERATURA: cuando Homero encuentra un libro olvidado que no devolvió a la biblioteca, les lee a Bart y Lisa tres historias. La primera historia es La Ilíada y La Odisea, de Homero; la segunda es Juana de Arco y la tercera y última es Hamlet de Shakespeare. En la primera casa del terror, Lisa lee una historia de terror qu se basaa en un poema de Edgar Allan Poe, El cuervo. En el capítulo "La rival de Lisa" se recrea El corazón delator de Edgar Allan Poe. En otro capítulo Homero se compara con Don Quijote de la Mancha. En otro capítulo Lisa lee un poema y le dice a Homero que es el Poema 20 de Pablo Neruda.
Al terminar cada temporada, se suelen emitir los especiales de Halloween en el que la familia Simpsons sufre aventuras terroríficas y anormales. Están compuestos por tres mini episodios en los que se pone a la familia Simpson en problemas anormales con zombies, extraterrestres, fantasmas, maldiciones, etc. En el enlace que sigue se muestra una representación del cuento La pata de mono de W. W. Jacobs.
Noche de Brujas II-Capítulo 7



Muchos jóvenes conocen esas obras a partir de la serie Los Simpson. El escritor argentino Jorge Accame considera que son, como el Homero de los griegos, los transmisores de la cultura modernos. Es necesario que los docentes tengamos en cuenta que a partir de las nuevas tecnologías no es sólo la escuela el lugar de transmisión del conocimiento. La televisión y también internet, es decir las pantallas, son espacios donde los jóvenes forman su capital cultural. Hoy el aprendizaje trasciende el aula. Una parte importante de los saberes circula por los medios de comunicación y las nuevas TICs se constituyen en referentes importantes para conceptualizar el mundo1. Aprovecharlo es un imperativo pedagógico.




Sobre Un señor muy viejo con unas alas enormes



El cuento Un señor muy viejo con unas alas enormes, del escritor colombiano, Gabriel García Márquez, nos muestra un típico pueblo costero del Caribe, donde una mañana gris aparece en el patio de la casa de Elisenda y Pelayo, “un hombre viejo, que estaba tumbado boca abajo en el lodazal, y a pesar de sus grandes esfuerzos no podía levantarse, porque se lo impedían sus enormes alas.”
Este señor causa estupor, primero entre los habitantes de la casa y después revoluciona al pueblo, que hace toda clase de conjeturas sobre el desventurado viejo y termina transformándose en un espectáculo circense; del cual los dueños de casa se aprovechan cobrando una entrada de cinco centavos para ver al ángel y solicitarle algún milagro: “Vinieron en busca de salud los enfermos más desdichados del Caribe: una pobre mujer que desde niña estaba contando los latidos de su corazón y ya no le alcanzaban los números, un jamaiquino que no podía dormir porque lo atormentaba el ruido de las estrellas, un sonámbulo que se levantaba de noche a deshacer las cosas que había hecho despierto (…) En medio de aquel desorden de naufragio que hacía temblar la tierra, Pelayo y Elisenda estaban felices de tanto cansancio, porque en menos de una semana atiborraban de plata los dormitorios (…)
“El ángel parece ser el único que no participa de su propio acontecimiento”. No pueden comunicarse con él porque habla un dialecto incomprensible, el cura no considera que sea un ángel porque no habla latín y aparece de pronto otro espectáculo de una mujer convertida en araña por desobedecer a sus padres y con quién se puede hablar y preguntarle sobre su condición absurda. “Semejante espectáculo, cargado de tanta verdad humana y tan terrible escarmiento, tenía que derrotar sin proponérselo al de un ángel despectivo que apenas se dignaba mirar a los mortales. Además los escasos milagros que se le atribuían al ángel revelaban un cierto desorden mental, como el del ciego que no recobró la visión pero le salieron tres dientes nuevos, y el del paralítico que no pudo andar pero estuvo a punto de ganarse la lotería, y el del leproso a quien le nacieron girasoles en las heridas.”
García Márquez utiliza el recurso de la exageración o hipérbole para crear el efecto de lo “maravilloso” pero a la vez nos muestra cómo los personajes del cuento se relacionan entre sí y producen sentido, como sucede en el proceso de mediatización de la cultura y, que como tal no es uniforme, ni se da de la misma manera en los sujetos que participan, quienes actúan como productores y consumidores, con la intención urgente de comprender el mundo (Silverstone, Roger).
Otra cuestión importante para destacar también en este cuento es, cómo la lógica del espectáculo domina la situación en esta sociedad caribeña hasta que aparece otra situación más espectacular y termina soterrando la anterior como sucede con la aparición de la mujer araña.
Por último quedémonos pensando junto con el siguiente chiste de Quino, si los medios de comunicación son un instrumento importante para movilizar amplios sectores de la sociedad y si es posible pensar el ordenamiento de las sociedades modernas por fuera del impacto de las tecnologías de la comunicación…
Bibliografía
García Márquez, Gabriel. La increíble y triste historia de la Cándida Eréndida y de su abuela desalmada. Ed. Sudamericana

24 junio 2010

Mediatización de la cultura: Mundo Feliz


En 1932, Aldous Huxley escribió su distopía Mundo feliz. Si analizamos este libro a partir de Guy Debord1 veremos como todo está condicionado para que se convierta en espectáculo, una vida de la cual ni siquiera son dueños los hombres porque ellos mismos son genéticamente condicionados y socialmente predestinados para encajar en el sistema. Una sociedad que produce y consume, que funda su felicidad en la ausencia de cuestionamientos y si estos afloran hay una droga que los sofoca. Una sociedad donde la tecnología soluciona todo y no se concibe otra forma de vida más que la mediada por la ciencia. Aquellos que no se adaptan son desterrados y confinados a la Reserva Salvaje. Lo que no encaja en este sistema perverso es barbarie. El plateo de Huxley es el de un mundo regido por el consumo y el condicionamiento (inclusive antes del nacimiento) de la gente para que sea "feliz". Un ser "feliz" carente de libertad de elección, pensamiento y sentimiento. El control se ejerce provocando placer y es precisamente eso que se adora lo que destruye la humanidad y convierte al hombre en un alienado. En Mundo Feliz se mantiene a la gente ocupada y divertida en todo momento, no hay guerras, hay espectáculos a disposición todo el tiempo, raciones de soma y orgías. Se domina a la población satisfaciendo sus apetitos, se evita que piensen manteniéndolos entretenidos todo el tiempo. El momento actual se asemeja bastante a ese mundo feliz en el que todo es espectacular.

Guy Debord afirma: “ El espectáculo se presenta como una enorme positividad indiscutible e inaccesible. No dice más que lo que aparece es bueno, lo que es bueno aparece. La actitud que exige por principio es esta aceptación pasiva que ya ha obtenido de hecho por su forma de aparecer sin réplica, por su monopolio de la apariencia. La sociedad que reposa sobre la industria moderna no es fortuita o superficialmente espectacular, sino fundamentalmente espectaculista. En el espectáculo, imagen de la economía reinante, el fin no existe, el desarrollo lo es todo. El espectáculo no quiere llegar a nada más que a sí mismo.” El mundo imaginado por Huxley muestra una sociedad donde todo parece perfecto, la gente ama su opresión, adora las tecnologías que anulan su capacidad para pensar, hay un exceso de información pero es irrelevante, los ciudadanos aceptan con pasividad y están sumergidos en un mundo de sensaciones que lo mantienen en lo superficial. El control se ejerce pero a través del placer, del entretenimiento. La sociedad se rige por el método de producción en serie, el tiempo se divide en un antes y un después de Henry Ford. Todo se produce como mercancía, incluso las personas, la reproducción natural está controlada y es en un laboratorio donde se crean hombres y mujeres con determinadas condiciones y características, de la misma manera en que se fabrican autos o cualquier otro objeto. El consumo, el entretenimiento, la diversión y el confort son valores en ese mundo que mucho se parece a nuestro mundo.

Un fragmento de la obra muestra como la tecnología se pone al servicio del consumo: "Es curioso pensar, que hasta los tiempos de Nuestro Ford la mayoría de los juegos se jugaban sin más aparatos que una o dos pelotas, unos pocos palos y a veces una red. Imaginen la locura que representa permitir que la gente se entregue a juegos complicados que en nada aumentan el consumo. Pura locura. Actualmente los Interventores no aprueban ningún nuevo juego, a menos que pueda demostrarse que exige cuando menos tantos aparatos como el más complicado de los juegos ya existentes"

Respecto a la tecnología Silverstone2 considera que es nuestra manera de encarar la realidad. Afirma que “Los usuarios son transformados por su uso. Y, como resultado, se transforma con la misma certeza lo que significa ser humano.” Tecnología no es sólo la máquina, sino que también son “las aptitudes y competencias, el conocimiento y el deseo sin los cuales no puede funcionar”. En la literatura en general y en la obra que analizamos en particular, la tecnología es presentada como un medio para la creación de mundos utópicos y distópicos donde se la puede ver como cultura pero a la vez es parte de estructuras políticas y económicas que la sostienen. Según Silverston “la tecnología puede verse como encantamiento” porque ha sido creada por los seres humanos para controlar los pensamientos y las acciones de otros seres humanos.

Actualmente los aparatos destinados al entretenimiento y la comunicación personal han alcanzado niveles altos de desarrollo y popularidad. Permiten estar entretenidos, informados y comunicados en cualquier momento, con cualquier lugar del mundo y de forma instantánea. La velocidad de los procesos de tratamiento y recepción de la información permiten un cambio en la percepción del tiempo y del espacio. El tiempo es mercantilizado. El deseo, explotado por la publicidad, propicia el consumo de bienes que permiten mantenernos conectados y entretenidos. A cambio de comodidades y diversión cedemos nuestra libertad de acción y de pensamiento y también nuestro dinero, contribuyendo a completar la apropiación de nuestro tiempo, de nuestra vida por parte de las fuerzas del mercado.

En ese mundo feliz existe un método para socializar y moralizar que es el motor del sistema: la hipnopedia. Un método mediante el que se inculcan formas de comportamiento y los conocimientos que es necesario adquirir a fuerza de la repetición de palabras vacías de razonamiento. Una voz proveniente de una radio, que repite en serie esas consignas durante el sueño, transforma la mente del niño y la del adulto en esas sugestiones. “La mente que juzga, que desea, que decide .... formada por esas sugestiones. ¡Y esas sugestiones son nuestras sugestiones!” , explica un científico en la novela. La cultura mediatizada del presente se parece mucho a la del futuro de Huxley, el método parece ser el mismo aunque no necesita hacerlo durante el sueño porque la exposición permanente a las tecnologías del entretenimiento han anestesiado las mentes hasta sumirlas en una especie de somnolencia permanente.

Guy Debord sostiene que el espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes, es decir, una visión del mundo que se ha objetivado. En su libro La sociedad del espectáculo explica: “El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante. Es la afirmación omnipresente de la elección ya hecha en la producción y su consumo corolario. Forma y contenido del espectáculo son de modo idéntico la justificación total de las condiciones y de los fines del sistema existente. El espectáculo es también la presencia permanente de esta justificación, como ocupación de la parte principal del tiempo vivido fuera de la producción moderna”.

Según Debord, la forma que elige la sociedad del espectáculo para conformar la realidad es la de los "medios de comunicación de masa”. Las necesidades sociales de la época solo pueden ser satisfechas por su mediación, la administración de la sociedad y todo contacto entre los hombres solo puede ejercerse por intermedio de este poder de comunicación instantánea que es unilateral.

El espectador alienado cuanto más contempla menos vive; cuanto más acepta reconocerse en las imágenes dominantes menos comprende su propia existencia y su propio deseo. La exterioridad del espectáculo respecto del hombre activo se manifiesta en que sus propios gestos ya no son suyos, sino de otro que lo representa. Por eso el espectador no encuentra su lugar en ninguna parte, porque el espectáculo está en todas.

Otro fragmento de la novela muestra como el arte es reemplazado por imágenes vacías de contenido pero que apelan a las sensaciones. "El mundo es estable actualmente. Las personas son felices; ellos obtienen lo que ellas quieren, y ellas no quieren jamás lo que no pueden obtener. (...) Ellas están condicionadas de tal manera que, prácticamente, ellas solo pueden portarse como se debe. Y si por casualidad algo no van bien, tenemos el soma. (..) Tenemos que escoger entre la felicidad y lo que llamábamos antes el gran arte. Hemos sacrificado el gran arte. En su lugar tenemos el Cine Sentido y el órgano de perfumes. (...) Ellos representan para el espectador un montón de sensaciones agradables. (...) Esto exige la habilidad más grande. Fabricamos coches con el mínimo de acero, y obras de arte con casi nada, solo con puras sensaciones."

Estamos inmersos en una cultura mediatizada en la que todo es mercancía. Comprender la lógica del sistema capitalista puede ser útil para eso, para comprenderla, no más. Todo forma parte de ese sistema, incluso los instrumentos mediante los cuales lo estudiamos.

En definitiva somos parte de una cultura mediática, de un modo de relacionarnos y de estructurar nuestras prácticas sociales a partir de los medios. Esto significa que la mediatización de la cultura se vincula con el proceso de producir significados a través de un orden social diseñado a partir de la existencia de tecnologías3. Mundo Feliz de Aldous Huxley es un claro ejemplo, aunque extremo, de mediatización de la cultura.


1 Guy Debord: La sociedad del espectáculo (1967). Trad. revisada por Maldeojo para el Archivo Situacionista (1998).

2 SILVERSTONE, Roger. ¿Por qué estudiar los medios? Amorrortu. Buenos Aires, 2001


21 junio 2010

Sobre Fahrenheit 451



“(…)No es una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la represión de las minorías produjo el fenómeno, a Dios gracias. En la actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser feliz continuamente, se le permite leer historietas ilustradas o periódicos profesionales.” (…)

“Hemos de ser todos iguales. (…) Entonces, todos son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho?( …)

“- Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren o se exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué queremos en esta nación por encima de todo? La gente quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? ”Quiero ser feliz”, dice la gente. Bueno, ¿no lo son?”

“- A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A quemarlo. ¿Alguien escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón? ¿Los fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. (…) ¿Los funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos también. Cinco minutos después de la muerte de una persona, está en camino hacia la Gran Chimenea.(…) Diez minutos después de la muerte, un hombre es una nube de polvo negro. No sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio.”

Parte de este discurso utiliza Beatty, capitán de la brigada de bomberos para la cual trabaja Montag, y con el que quiere convercerlo de que los libros no son necesarios porque pueden traer infelicidad y pueden hacer pensar a la gente.

Fahrenheit 451 es un libro de Ray Bradbury publicado en 1953, que nos presenta la historia de un bombero, Montag, cuyo trabajo tiene la particularidad de quemar libros en una sociedad totalitaria del futuro en la que se pretende que la gente no lea.

El protagonista de la novela, vive en esta sociedad con su esposa, a quien cree conocer, pero con la que no puede mantener ningún tipo de diálogo importante, debido a que ella está pendiente sólo de lo que proyectan los tres televisores murales que poseen en la sala de su casa y con quiénes puede interactuar virtualmente de cuestiones frívolas y sin sentido.

Este bombero, cree ser feliz como todos, nunca se cuestiona nada, hasta que aparece en su vida Clarisse, una vecina un tanto peculiar para este futuro, que le hace ver y preguntarse a Montag por el sentido de su tarea y cotidianeidad y le muestra cómo es esta sociedad en la que viven:

“Pero, por encima de todo – prosiguió diciendo Clarisse - me gusta observar a la gente. A veces me paso el día entero en el “Metro”, y los contemplo y los escucho. Sólo deseo saber qué son, qué desean y adónde van. A veces, incluso voy a los parques de atracciones y monto en los coches cohetes cuando recorren los arrabales de la ciudad a medianoche y la Policía no se mete con ellos con tal de que estén asegurados. Con tal de que todos tengan un seguro de diez mil, todos contentos. A veces, me deslizo a hurtadillas y escucho en el “Metro”. O en las cafeterías. Y, ¿sabe qué?

- ¿Qué?

- La gente no habla de nada.

- ¡Oh, de algo hablarán!

- No, de nada. Citan una serie de automóviles, de ropa o de piscinas y dicen que es estupendo. Pero todos dicen lo mismo y nadie tiene una idea original. Y en los cafés, las mayorías de las veces funcionan unas máquinas de chistes, siempre los mismos, o la pared musical encendida y todas las combinaciones coloreadas, suben y bajan, pero sólo se trata de colores y de dibujo abstracto. Y en los museos… ¿ha estado en ellos? Todo es abstracto. Es lo único que hay ahora.” (…).

En la novela además se plantea que todo aquello que pueda perturbarnos o hacernos sentir incómodos, debe ser eliminado y que para esto tienen suficiente entretenimiento:

“¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos, ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita en abundancia.” (…) Le dice el capitán Beatty a Montag.

Junto con el placer de la lectura de esta excelente novela de Bradbury, el autor nos propone reflexionar acerca del impacto de los medios y las nuevas tecnologías en nuestro mundo actual, mostrándonos una sociedad en la que la lógica imperante es la sociedad del espectáculo, la sociedad del entretenimiento, y que esto es justamente su instrumento de unificación. Pero que a la vez, y con todo lo complejo que ello puede resultar, existe la posibilidad de “concebir a los seres humanos como seres activos, que persiguen fines, modelan su vida y la de otros, sienten, reflexionan, crean en constante interacción e intercomunicación con otros seres humanos” (Berlin Isaiah en Silverstone Roger ¿Por qué estudiar los medios de comunicación?)

Bibliografía

Bradbury Ray. Fahrenheit 451. 5º edición. – Buenos Aires: Debolsillo 2007. (Contemporánea)

Debord, Guy. La sociedad del espectáculo. Champ Libre. París, 1967

Silverstone, Roger. ¿Por qué estudiar los medios? Amorrortu. Bs.As. 2001

19 junio 2010

La relación medios, discurso, poder en 1984




"La telepantalla recibía y transmitía a un mismo tiempo. Cualquier palabra que pronunciara Winston, como no fuera en voz muy baja sería captada de inmediato por el aparato; todavía más mientras permaneciera dentro del campo visual de la placa metálica, podía ser visto a la vez que oído. Desde luego, no existía medio de comprobar en un momento dado si era un objeto de vigilancia o no, como tampoco resultaba posible determinar el sistema de que se valía la Policía del Pensamiento para intervenir los aparatos particulares o determinar la frecuencia con que lo hacía. Lo probable era que la vigilancia se ejerciera sobre todo el mundo y a todas horas del día y de la noche. Por supuesto, podían intervenir a voluntad en cualquier aparato de los domicilios particulares. Había que vivir -y se vivía por fuerza de una costumbre hecha instinto- como acechado en todo momento por ojos invisibles, salvo en la oscuridad más absoluta, y como si cada sonido emitido fuera captado por oídos extraños."


En 1948, George Orwell escribió la novela 1984 Allí se muestra un mundo futuro, en el que los adelantos tecnológicos producirían bienestar, sin embargo la pretendida utopía sólo ha producido un Estado totalitario que, con base en esa alta tecnología, vigila a los ciudadanos para conseguir su meta: crear una comunidad uniforme aniquilando cualquier posibilidad de pensamiento independiente. El planteamiento del texto es que esto se logrará en la medida en que se pueda manipular el lenguaje, para eliminar del discurso humano la capacidad de expresar los múltiples matices que hay en la mente humana. La vigilancia se lleva a cabo por medio de la televisión, aparato que los ciudadanos no tienen derecho a apagar, y que mira y escucha al espectador mientras transmite imágenes y habla incesantemente.

La distopía de Orwell es muy útil para comprender las diferentes formas de poder que enuncia Thompson en su libro Los media y la modernidad. El poder simbólico, aquel que crea los acontecimientos reales, que influye en las acciones de los otros e interviene en el transcurso de los acontecimientos está en manos del Ministerio de la Verdad (lugar donde trabaja el protagonista) y se encarga de escribir la historia de acuerdo a las necesidades del momento. El poder político es ejercido por el Hermano Grande cuya autoridad todos aceptan (finalmente Winston también lo hará) y que se vale de los medios y la tecnología para controlarlo todo. La Policía del Pensamiento juega el doble rol de vigilar lo que los ciudadanos piensan pero también es a cargo de quien está el poder coercitivo que utiliza la fuerza para someter al que no se adapta al sistema. Cabe destacar que las desapariciones de personas y los métodos de tortura que se describen en 1984 remiten a lo que la Argentina padeció durante la última Dictadura militar. Un conjunto de fuerzas que son funcionales y necesarias para sostener el poder económico sobre el que se erige la sociedad.

Otro aspecto muy interesante del libro es la Neohabla que se funda en el Doblepensar, es decir, "la facultad de albergar dos creencias contradictorias admitiendo ambas a la vez". El doblepensar constituye la médula del sistema ya que cualquier recuerdo que no responda a las conveniencias es desechado pero si en otro momento fuera necesario extraerlo del olvido no habría inconveniente en hacerlo. En la Neohabla el vocabulario se reduce a los términos de imprescindible uso y se sacrifica la gramática en función de la simplificación de la lengua. El objetivo de la Neohabla era, no la ampliación sino la limitación del pensamiento. Al considerar los cambios que se producen en el lenguaje de los jóvenes (aunque como veremos también afecta a algunos adultos) a partir del uso de nuevas tecnologías (chat o el mensaje de texto) y los conflictos lingüísticos que tienen a la hora de comunicar sus ideas o producir textos académicos, la obra de Orwell parece aportar una posible interpretación. Veamos algún ejemplo de esta nueva lengua: la existencia del término bueno hace innecesario el vocablo malo, ya que lo malo puede considerarse como lo no bueno. (Cualquier similitud con el término "no positivo para evitar decir "voto en contra" de un Vicepresidente actual poniendo de manifiesto su doblepensar es pura coincidencia).

Siguiendo a Barbero[1] podemos decir que hay un proceso de dominación a través de la palabra: quien posee el discurso dominante tiene el poder. Los discursos no van por fuera de los conflictos históricos, sino que son estos los que los engendran y cargan de sentido. Toda palabra tiene consecuencias sociales. No cualquiera puede hablar: el discurso tiene jerarquías y necesita ser legitimado , dice Martín-Barbero que el poder es lograr que se acepte respirable lo que asfixia. En este libro se puede ver cómo quien detenta el poder no es solo dueño del presente, sino que también controla el pasado que es la garantía para adueñarse del futuro. Orwell presenta una sociedad en la que un Estado totalitario controla todo, incluso el pensamiento. En las sociedades liberales y democráticas ese poder de Policía del Pensamiento está en manos de los medios de comunicación, que al ser monopólicos y presentar un discurso homogéneo construyen un pensamiento hegemónico, para someter a las mayorías a su lógica. Esa lógica que es la que alimenta el sistema capitalista convierte en mercancía todo. Aunque lo haga en forma encubierta ya que se presenta a la información como una verdad absoluta, adquiere el carácter de mito, como relato sagrado, no discutible.

Orwell presenta un mundo donde la información se cambia según los intereses del momento, siempre se vive en guerra y aunque este enemigo a veces cambia, el manejo de la información es tal, que uno siempre cree que el enemigo es el mismo. Un mundo en el que se convence a partir de la reiteración que La guerra es la paz, La libertad es esclavitud y La ignorancia es la fuerza.

A continuación dejo el enlace a un fragmento de la película homónima que ilustra la angustia de Winston , el protagonista, que ha logrado comprender cómo se articula el sistema del cual él es una pieza más. 1984 (la película)

Al finalizar el libro tanto su protagonista como los lectores comprenderán que quien tiene el poder tiene el dominio de la palabra y esto es lo que le confiere tal poder. Todo intento de subversión está previsto y es controlado. El triunfo sobre sí mismo de Winston fue amar al Hermano Grande que todo controla. ¿Nos resignaremos nosotros también a aceptar y no cuestionar la realidad construida por los medios de comunicación?


[1] Martín Barbero, Jesús. “De la transparencia del mensaje a la opacidad del discurso”

17 junio 2010

1984 (extracto)